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Quiero solicitar mi estudioSeguro que has escuchado o leído alguna vez la sigla OPA (Oferta Pública de Adquisición), un término que puede sonar demasiado técnico, pero que cuando le añadimos el adjetivo “hostil” genera un gran revuelo. Hoy te explicamos qué significa la OPA hostil y cómo funciona.
Imagina que eres el propietario de una casa en el que vives con tu familia. Un día, tu vecino trata de comprar tu casa haciendo una oferta directamente a tu familia sin que tú lo sepas. ¿Te lo imaginas? Pues esto es la OPA hostil. Un intento de adquirir el control de una empresa sin el permiso de dicha empresa. Para ello, la compradora negocia directamente con los accionistas de la empresa pretendida, sin el consentimiento del consejo de administración. Esto en el mundo empresarial suele desencadenar grandes enfrentamientos.
Que la OPA hostil puede generar valor a los accionistas es cierto, pero también pueden ser perjudiciales para los empleados y otras partes interesadas en la empresa. A menudo suelen producirse recortes de personal, de costos y, en definitiva, se produce una búsqueda de maximizar ganancias a corto plazo.
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Se trata de una medida agresiva llevada a cabo especialmente cuando la empresa objetivo de compra tiene un gran valor estratégico, pero su consejo de administración se niega a negociar. Normalmente, las empresas compradoras suelen ganar con esta toma de control corporativa acceso a nuevos mercados, tecnología innovadora o simplemente eliminar a un competidor.
Por lo general, el proceso es complejo y requiere de una planificación detallada por parte del oferente, aunque es posible dividirlo en varios pasos. El primero de ellos es realizar un análisis exhaustivo del mercado, donde se buscan empresas subvaluadas o con gran potencial. De esta forma, se identifica la empresa objetivo. Una vez hecho esto, la empresa que inicia la OPA hostil va adquiriendo acciones de manera discreta para no llamar la atención (pueden tardar semanas o meses).
Una vez que la empresa “atacante” tiene una fuerte presencia dentro de la empresa objetivo, anuncia de manera sorpresiva su intención de adquirir el control total de la compañía. Por lo general, las reacciones suelen ser negativas ante este anuncio y esto lleva a que se inicien las negociaciones entre ambas compañías. En este momento, la empresa objetivo puede apostar por aumentar la emisión de sus acciones (para disminuir el peso de la empresa compradora) o buscar alternativas como la de un comprador más favorable.
En cualquier caso, la decisión final dependerá de la decisión de los accionistas, que deberán aceptar o rechazar la oferta. De este modo, si la mayoría acepta vender sus acciones, se procede a integrar la empresa.
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