Es un tipo de hipoteca poco conocida que te permite unificar 2 hipotecas y reducir tus cuotas temporalmente mientras consigues vender tu antigua casa hipotecada.

La situación es bastante frecuente y puede ocasionar muchos malos ratos si no se conoce este tipo de hipoteca: Has decidido cambiar de casa y quieres venderla (pero aún tiene una hipoteca pendiente) y tienes que pagar la casa nueva ¿Cómo hacerlo? La respuesta es sencilla: con una hipoteca puente.

¿En qué consiste la hipoteca puente?

Por definición consiste en una unificación de las 2 hipotecas (la de tu antigua casa y la de la nueva) con una cuota más baja, donde normalmente se pagan solo intereses y existe “carencia de capital” (no se paga capital). Aunque debes saber que existen también otros dos tipos de hipoteca puente en los que se puede pagar una cuota ligeramente reducida o una de cuota normal.

Al unificar las dos hipotecas, entra como garantía el inmueble nuevo que acabas de comprar. Además, como dueño del inmueble antiguo, te comprometes a venderlo en un plazo que suele rondar desde los 2 hasta los 5 años como máximo.

Requisitos para pedir una hipoteca puente

Para saber si puedes solicitar este tipo de hipoteca, los bancos evalúan tu solvencia para determinar si eres capaz de pagar el nuevo préstamo.

Según el banco con el que estés negociando, te prestarán un importe equivalente al 80% del total de los dos inmuebles, aunque puede haber excepciones en las cuales consigas un 100% de financiación. Otra opción que puede darte el banco para facilitarte el pago es la extensión del tiempo de amortización de la deuda.

Por lo demás, los requisitos son los habituales para una hipoteca común: revisión de tu historial crediticio, estabilidad laboral, situación personal y familiar (personas a cargo por ej.) y posesión de otros bienes.

Procedimiento para pedir una hipoteca puente

El procedimiento tiene 3 pasos:

1. Comprar la casa nueva: al comprar la vivienda nueva, la deuda pendiente de la anterior se pasa a la hipoteca nueva.
2. Vender la antigua: como ya comentamos, te has comprometido por contrato a venderla en un plazo determinado, así que debes encontrar un comprador. Mientras eso sucede, puedes pagar una cuota mensual más baja. Cuando vendas el inmueble, tus cuotas volverán a su monto normal y pagarás una parte de intereses y otra de capital.
3. Amortizar los gastos de la vivienda antigua: al concretar la venta, debes cerrar la deuda pendiente por la casa antigua (amortizarla completamente).

Ventajas y desventajas

Ventajas

Tendrás más tiempo para vender la antigua vivienda y mientras tanto, pagarás una cuota más baja por tu hipoteca. Este margen de tiempo te permitirá valorar la oferta de compra más ventajosa para vender tu antigua vivienda.

Desventajas

Es más arriesgado en el caso de que no consiguieras vender la antigua vivienda, porque te encontrarías con que tienes que enfrentar el pago de las dos hipotecas a la vez.

Con el paso del tiempo tu vivienda puede desvalorizarse y si finalmente la vendieras, ganarías menos dinero del que tenías previsto.

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